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​Carson Mac Cullers
Afuera está lloviendo. El señor Penderson cuenta las gotas que caen sobre el amarillento círculo de luz que proyecta el farol de la trastienda. Hay un confortable olor a humedad y por un instante el señor Penderson imagina que su casa se sumerge en el suave oleaje de la lluvia y que es llevado lejos, muy lejos. Una polilla revolotea en torno al farol y el ruido de sus alas no lo dejan dormirse. Extiende las piernas bajo la mesa de roble y enciende un cigarrillo. ¡Cuánto daría por dormir!
A sus espaldas hay un catre, y en él una mujer descansa. Parece respirar por los tres círculos rojos en su pecho.
La noche es larga. Ninguno de los dos quiere dormirse.
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