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Ensayo para un ensayo

  El título de esta cosa me recuerda a Balada para Adelina o para Idelina.

  Me han pedido, pues, que escriba sobre cualquier tema que no sea literario. Por suerte esos temas están al alcance de la mano: basta con ver el Discovery Chanel.

  Hablemos entonces del Apollo 11.

  Todos saben que el día 16 de julio de 1969 el Apollo 11 alunizó en la Luna, que es como decir aterrizó en la Tierra, solo que si sucedía algún imprevisto se quedaban en la Luna. Y no aterrizaban jamás.

  Un pequeño cementerio girando en el cosmos.

  Por suerte nada de esto sucedió. Y los cosmonautas regresaron sanos y salvos.

  Ahora un cineasta llamado Adolfo Gaitán ha filmado una película que se titula The Dead Hand y que está basada en un diario de Neil Armstrong, capitán del Apollo 11. Allí se nos presentan en todo detalle las relaciones a bordo del Apollo, que ha sido denominado a partir del estreno de la película como el cohete gay.

  Armstrong –o Adolfo Gaitán- nos revela las muchas angustias que sufrió a bordo del Apollo. El primer día alguien arrojó una toalla contra la cámara principal y la ató al lente impidiendo que llegaran imágenes a los jefes de la misión en Houston. El alboroto fue grande. Por el audio de emergencia llegaron unos débiles no, no y un say my name, bitch. Luego se hizo el silencio y alguien lloraba en la oscuridad. Una hora después volvió la imagen, mostrando a los miembros de la tripulación en perfecto estado. Armstrong nos cuenta cómo antes de descender y encontrándose al borde de la exclusa el astronauta Edwin E. Aldrin le acarició el trasero, y eso lo obligó a saltar al suelo lunar antes de lo previsto.

  El viaje en el todo-terreno fue insoportable. Podía sentir los gestos lascivos de Aldrin al otro lado de la escafandra.

  En el viaje de regreso los tripulantes volvieron a cubrir el lente de la cámara y en Houston, que ya sabían de qué se trataba, ni siquiera armaron alboroto. Tan solo vigilaron con más atención las coordenadas de aterrizaje y los datos de funcionamiento interno del Apollo.

  Apenas la cápsula aterrizó, los tripulantes fueron conducidos al Pentágono. Allí se le pagó una fuerte indemnización a Neil Armstrong, quien ayer, tan solo unas horas después del estreno de la película de Gaitán, fue propuesto como presidente de la Liga Americana de Transformistas y del Royal Cometee de la British Gay Foundation. La revista Lonely Flowers lo tiene en su portada.

  Hoy el New York Times exhibe un artículo sobre el astronauta en su primera plana.

  Vuelve a estar de moda el cosmos.

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